lunes, 2 de agosto de 2010

IRAQI SHORT FILMS


“Alla Akbar, Alla Akbar!”, repiten, como un mantra los milicianos de la Jihad islámica, tras volar un tanque enemigo. “Wow, fuck man!”, exclaman poco más tarde soldados estadounidenses, festejando con carcajadas el estallido de un edificio en Bagdad. De esa clase de diálogos, está hecha Iraqi Short Films, que tal vez sea, en plenitud, la primera película de la era YouTube. Hasta el punto de que su director, el argentino Mauro Andrizzi, no la considera terminada. Armada a partir de videos bajados de internet y montados uno detrás de otro como collage.
¿A qué apunta Iraqi Short Films? A evidenciar que la guerra es, antes que nada, cuestión de propaganda, de manipulación, montaje, engaño. Eso es lo que hicieron no sólo los autores de los videos (estadounidenses o iraquíes) sino también el propio Andrizzi. Eso permite considerarla la mayor y tal vez primera avanzada cinematográfica de la era YouTube.
Son puras grabaciones tomadas tanto por cámaras como por celulares, hechas en la mayoría de los casos con fines de propaganda (algunas de ellas no precisamente, como se verá). Las grabaciones cuentan con tres tipos de autores: los soldados estadounidenses, las milicias islámicas y agentes de seguridad privada (cuyo número se estima en unos 100.000, a lo largo de todo el conflicto). No hay un solo fragmento (o “corto”, como se los denomina desde el título) que no sea impactante o perturbador. Lo que importa es que eso tiene que ver no sólo con el contenido, sino, quizás esencialmente, con la forma.
El valor de las grabaciones radica en la utilización de la cámara oculta, que adquiere todo su poderío desde la primera toma. Allí, un par de milicianos islámicos (se adivina por el diálogo, ya que nunca se los ve) avistan un Hummer, preparan el ataque y finalmente lo vuelan de un misilazo, entre comentarios, plegarias y alabanzas a Alá. Qué decir de lo que viene de allí en más: imágenes de entrenamiento de los guerrilleros, interminables hileras de combatientes armados de lanzamisiles, videoclips en los que aparece Bin Laden, letras que hablan del terrorismo como “remedio del cielo”, la preparación y colocación de una bomba.

Del otro lado, un tanque persigue a un par de civiles, hasta darles caza, por las calles de Bagdad, los ocupantes de un camión yanqui van bromeando entre ellos, hasta que el vehículo pisa un explosivo y la grabación se corta; otro Hummer va chocando autos iraquíes y hasta un autobús sobre una avenida para quitárselos del camino, un contratista texano queda atrapado en un camión, con los milicianos iraquíes disparándole, abandonado por los suyos. En una escena brutalmente impactante, un camión detecta a los que acaban de cometer un atentado y viene derecho hacia ellos. ''Viene'', porque los que filman son los que acaban de tirar la bomba. Y así, sucesivamente.

Queda para el final lo más asombroso de Iraqi Short Films. Por un lado, los textos periodísticos que Andrizzi intercala a lo largo del metraje. Son un poco largos y tediosos, pero lo que sorprende es el momento en que algunos fueron formulados y, en otros, quién los formula: es la denuncia, profunda y demoledora, de la política estadounidense en Medio Oriente. Hay una declaración, tal vez inconvenientemente sincera, del mismísimo Dick Cheney, vicepresidente  y mano derecha de George W. Bush, hecha en 1991: ''...no nos convendría para nada quedarnos atrapados en el desorden iraquí''.
Eso lo dijo en 1991. Hoy en 2010, están más atrapados que nunca.

MUY RECOMENDABLE, perturbadora, brutalmente realista. Hasta hay gente que abandona la sala (qué sensibles jajajaja)

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