martes, 18 de mayo de 2010

Cierre de ciclos


Odio las despedidas como a pocas cosas. Odio la tensión que atenaza mi garganta y que me impide articular correctamente las palabras, que me impide pasar saliva, que me impide emitir un tono de voz sólido. Odio los mililitros de agua salada que lentamente se acumulan en mis ojos y me impiden ver con claridad. Odio la sensación de vacío en el abdomen. Sin embargo, mi enfermiza tendencia a la autoflagelación me obliga a realizar este ritual cada vez que la ocasión se presenta.

Y mi alocada cabeza de inmediato empieza a maquinar escenarios negros. Qué duros prometen ser los días sin ti a partir de hoy martes. La sonrisa para iniciar el día, las bromas tontas al acabar la jornada laboral, y siempre los razonamientos a manera de mecanismo de defensa que me dicen que todo estará bien, que la vida seguirá normal, que la gente es pasajera, que nos volveremos a encontrar…

Nada de eso me consuela en estos momentos.

Cinco años de conocernos, y hoy martes 18 de Mayo decides marcharte. Me has partido el corazón. Qué duro es cerrar capìtulos y qué duro es tratar de fingir que todo funciona normalmente.

Y sin embargo, me aferro a la idea fútil de que volveremos a encontrarnos, en un futuro espero muy cercano, para abrir otro ciclo.

HASTA PRONTO E.F.G., Y GRACIAS POR TODO.

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