Hace mucho tiempo que no iba al cine solo, y qué raro se siente. Y debo admitir que de esta peli esperaba otra cosa. O será que he visto tantas películas bélicas con guiones ''serios'', apegados a los hechos reales, que cuando me topé con lo que acaba de hacer Tarantino, pues me descolocó un poco.
Pero tampoco salí decepcionado. Es más, la sonrisa de oreja a oreja no se me quitaba sólo de recordar la magistral actuación del desconocido Christoph Waltz, en el papel del inteligentísimo, astuto y políglota Coronel Hans Landa, epítome del villano que se roba la película, como hiciera Heather Ledger y el Guasón en el Batman más reciente. Si alguien duda de que los malos siempre son más interesantes, aquí está otra prueba.
Brad Pitt en el papel de cowboy guarro, inculto redneck naco que empieza bien, pero que inevitablemente es opacado por la ya mencionada actuación de C. Waltz. Adolf Hitler demasiado caricaturizado, rayando en lo fársico, y el personaje de Josep Goebbels muy bien logrado.
Humor negro, guiños a El Bueno, El Malo y El Feo, así como al cine mexicano (jajajaja), secuencias geniales, como el interrogatorio al granjero francés o la presentación de los meseros ''italianos'' al Cnel. Landa (no tiene madre esta última). No es lo mejor de Tarantino, pero se defiende muy bien.
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