miércoles, 11 de noviembre de 2009
El gran vacío
STONE TEMPLE PILOTS
''Purple''
1994
Es un día cualquiera de los cinco que conforman la semana laboral. Ocho de la noche aproximadamente. Después de sortear el maldito tráfico, llego a mi dulce hogar, me aplasto en mi sofá y me pongo a recordar cuán gris y anodino ha sido mi día en el trabajo, y cuán incierto es mi futuro ahora que ya entré a la tercera década de mi vida. No tengo casa propia, no soy independiente laboralmente, no tengo ahorros, y mi rango de salario corresponde al de un profesionista de bajo nivel. Lindísimo el panorama.
¿Qué se me ocurre hacer en ese momento? Sólo ir a mi estantería de discos y poner el Purple, de los Stone Temple Pilots, y saborear otro de mis estados depresivos durante los 40 minutos que dura.
Aunque al principio no fueron tomados en serio, por considerarlos unos oportunistas que se estaban subiendo al carro de la nueva moda grungera , Stone Temple Pilots (STP) finalmente puso las cosas en su lugar con este disco de 1994. Diez temas en pura vena rockera con un feeling muy especial que ya se veía desde su debut de 1992 ’’Core’’, pero que aquí alcanzó su plena madurez. Rock honesto, con raíces bien puestas en los sonidos setenteros pero con el inevitable sonido noventero que comercialmente se llamó ‘’grunge’’.
Se me hace un disco perfecto para manejar durante un día lluvioso, para enfrentar un truene amoroso o para divagar en lo inútil de tu existencia. Aquí encontramos su ya clásico himno Interstate Love Song, un tema radio friendly efectivo y con mucho gancho, ideal también para hacer un videoclip y posicionarse comercialmente, con un riff que está considerado entre los mejores 100 de la historia del rock.
Todos los temas son excelsos. No puedo dejar de mencionar a la lenta y pesada Silvergun Superman, las rápidas y poderosas Unglue y Army Ants, ideales para sacudir el cráneo; la tranquila y bluesera Still Remains, la muy psicodélica Lounge Fly, y la que abre el disco, Meatplow, muy poderosa y con ese sonido metálico-hardrockero.
Hay sin embargo, una que a mi gusto se lleva las palmas por encima de las demás. No he encontrado mejor canción para sumergirse en pensamientos oscuros y pesimistas mientras conduzco mi auto, que el track 8, Big Empty. Hipnótica, deliciosa, melancólica…reza así su letra:
‘’Conduciendo rápido en mi auto, fumo un cigarrillo y me miento aún más. Estas discusiones matan. Se derrumba más y más rápido. Es tiempo de llevarla a su casa, su alocada cabeza es mi carga de consciencia. El día termina sin más conversación, ahora sólo queda esperar y esperar…’’
Qué chido es sentirse tan miserable. Qué chido es sentir que no soy el único. Qué chido saben la derrota y el agridulce recuerdo. Qué chido es torturarse con los ‘’hubiera’’. Qué chido es tener la mente nublada y no ver la salida… Qué chido es encontrar en la música un paliativo, aunque sea pasajero.
Qué chingonería de disco.
9.5
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