Hoy Martes 1 de Septiembre, se conmemoran 70 años del estallido de la 2 Guerra Mundial.
Desde que tengo memoria, desde que vivíamos apretujados en casa de mi abuela, a mi alrededor siempre hubo material acerca del tema. Libros, películas, revistas...recuerdo que mi padre un buen día me enseñó a copiar un dibujo muy simple, de unos soldados americanos combatiendo ocultos en una trinchera. Ahí surgió otra de mis pasiones: EL DIBUJO.
Vaya recuerdos, tendría a lo mucho 5 años.
Desde entonces, mis cajones de juguetes siempre estuvieron repletos de soldados, tanques, aviones y barcos de la 2a Guerra: americanos, ingleses, japoneses, rusos...y sobre todo, ALEMANES.
¿Que extraña fascinación ejercieron sobre mí las hordas de Adolf Hitler? No lo sé. Supongo que los ‘’malos’’ siempre tienen algo que los vuelve muy interesantes. Lo ignoro.
Aviones Stuka, Heinkel, Messerschmitt; el poderoso y efímero acorazado Bismarck; y luego esa hipnótica bandera roja con una svástika al centro…me siguen fascinando las armas alemanas de aquella guerra, pero ahora las cosas son bien distintas.
Ya teniendo 30 años, sumergiéndome a fondo en el tema, y dejando de lado la ‘’historia oficial’’, que se nos enseña en la escuela y que lo único que hace es distorsionar las cosas, no he dejado de preguntarme ¿y si Alemania hubiera vencido? ¿y si Hitler no hubiera cometido tantos errores? ¿cómo sería el mundo hoy??
Pero ¿no fue acaso esa guerra la peor estupidez jamás cometida por el hombre? 60 millones de muertos, ejércitos y naciones que lucharon por orden de gobiernos totalitarios, políticos que buscaban una forma de salir de la crisis económica de los años 30s, consorcios privados que se enriquecieron con el ascenso de los militares al poder, economías de países que se revitalizaron con la fabricación de materias primas para la guerra.
Al final, la bomba atómica. Otra estupidez, pero que al menos tuvo el poder disuasivo de evitar otro conflicto de las mismas carácterísticas.
A los que amamos la historia, nos gusta siempre hacernos la tonta pregunta: ¿qué hubiera pasado si…?
En fin. Aquí seguimos, admirando aún la maquinaria de Guerra alemana, su violencia, su brutalidad, PERO... admirando AÚN MÁS a los que fueron capaces de aniquilarla.
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