sábado, 26 de septiembre de 2009
Ésta no es una salida
ANTHRAX - Sound of the White Noise
1993
Elektra Records
El metal finalmente en la cima del éxito. La onda de choque del disco negro de Metallica continúa, y así podemos ver en las partes más altas de las listas de popularidad, a nombres como Megadeth, Pantera, Slayer, y la banda que ahora nos atañe: ANTHRAX.
Después del éxito a nivel underground de discos como Spreading the Disease y Among the Living, y enmedio del tsunami comercial del grunge, Anthrax apuesta por un golpe de timón; corren al vocalista Joey Belladona, que siempre manejó un estilo muy heavy/speed clásico, y lo reemplazan con John Bush, ex de Armored Saint, y cuyo registro vocal embona más con la intención de la banda de ''modernizar su sonido''.
Uno observa la portada del disco, y lo primero que se nota es que las ilustraciones en plan thrash ochentero se han abandonado, en pro de un diseño más afín al rock alternativo noventero. Y al ver los créditos de producción, la sorpresa es aún mayor cuando aparece como productor David Jerden, gurú de bandas como Alice in Chains y Jane's Addiction. ¿Qué tenemos entonces??? Anthrax ya no tocan thrash??? decisión muy arriesgada, que al principio puede que funcione, pero que a la larga les puede costar muy caro.
Y así ocurre. Con este disco llegan al 3er lugar del Billboard, pero a partir de ahí, caen en un tobogán que hasta la fecha parece no tener fin. Perdieron la brújula, pero vamos a analizar el plástico.
Arrancamos con Field of Potters, y ya se nota cierto cambio de dirección, aunque las raíces thrashers aún se distinguen. Buen tema para comenzar, pero nada impresionante, como sí lo logra el siguiente tema, Only, canción lenta pero muy emotiva. James Hetfield la calificaría como ''la canción perfecta''. Es un tema radio-friendly, con coros pegajosos, y a partir de aquí el coqueteo con el grunge ya se hace descarado. Me gusta mucho.
El siguiente, Room for One More, se oye más potente y agresiva, siendo uno de los sencillos que la banda eligió para promoción. A continuación una de mis favoritas: Packaged Rebellion, himno que habla sobre nuestra manía adolescente de imitar a nuestros héroes musicales y elevarlos casi a dioses, de cómo el chavito se siente muy malote por estar involucrado en esto, y la incomodidad que al músico esto le produce. La letra lo deja bien claro: Llévate tu rebelión de plástico, no puedes vivir a través de mí. Tus ideas están fuera de lugar, es anarquía con rostro amable...
Continuamos con la rápida Hy Pro Glo, que fue transmitida y hecha pedazos en un episodio de Beavis y Butthead. Los siguientes dos temas, Invisible y 1000 Points of Hate, mantienen la línea de agresión controlada, y pasamos a la siguiente sorpresa del disco, la balada semiacústica Black Lodge, emotivo temazo con la colaboración del músico Angelo Badalamengti, colaborador de las cintas de David Lynch.
La que sigue es para mí la mejor del disco, con el impronunciable título de C11H17N2O2S Na, algo así como un alcaloide. Rápida, brutal, contundente, es el Anthrax que todos conocemos, y con una letra muy inteligente, como también nos tienen acostumbrados.
Sigue otro tema rápido, Burst, más bien un filler, para cerrar con otro cuasi himno: This is Not an Exit, canción lenta pero poderosa, ideal para cerrar, con su letra basada en al novela de Breat Easton Ellis, American Psycho. Otra vez el grunge asoma por todos lados, y la letra es un trancazo: "Sé que nunca seré libre, cambiar no es fácil, y te irás al infierno conmigo. El dolor es mi modo de expresión, amo lo que mato, MATO LO QUE AMO. No tengo contacto con las ideas de los mortales, la humanidad es un sueño, pero lo que ellos ven no es lo que parece. Esto no es una salida, y nunca podré cambiarlo''
De esta forma cierra uno de los más controversiales lanzamientos de la banda neoyorkina. Para los fans acérrimos del thrash clásico, esto no es más que la tercera bofetada que recibían, después del Black Album de Metallica, y el Countdown to Extinction, de Megadeth. El thrash agonizaba, borrado del mapa por la nueva fiebre llamada ''Sonido de Seattle'', y no se levantaría hasta el primer lustro del siglo XXI.
Sólo hay una manera de disfrutar este material, y es con la mente muy abierta.
calif. 9
''...y a esto le sigue un suspiro, luego un leve encogimiento de hombros y otro suspiro, y encima de una de las puertas tapadas por cortinas de terciopelo rojo de Harry's hay un cartel, con letras que hacen juego con el color de las cortinas se leen las palabras ''ESTA NO ES UNA SALIDA''.
American Psycho
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